9 de Julio

Un frío que corroe el alma y hace temblar el cuerpo.
La ausencia es irreversible. El dolor también.
Ni el sueño, ni el cansancio, ni las ganas de llorar despojan la conciencia de las últimas imágenes.
Me salvan los recuerdos.
Y en el último momento, una sensación de dulzura eterna me abraza.
Se me escapa una sonrisa triste.
Junto fuerzas y sostengo a quien se está derrumbando.
Tal como él siempre lo hizo.
Lo más lindo de mi familia, es que somos un equipo.
Y que pese a las circunstancias, ninguno de nosotros va a permitir que el otro se sienta desamparado.

Estoy segura de que se siente orgulloso de lo que ve.
Estoy segura de que su alma está en paz.
Porque mucho de lo que somos, se lo debemos a él.


"A mi abuelo"
14 de julio de 1922 - 9 de Julio de 2005.